martes, 11 de noviembre de 2008

¡Nos vamos a Alemania Paco!

Me despido de mis padres, mi madre echa una lagrima (normal , es mi madre) yo feliz como siempre me dirijo a la puerta de embarque. Mando los mensajes a mis amigos, llamo a mi abuela, y me subo en el avión. Empieza la aventura. Sería bueno que supieseis que me fui sin saber nada de alemán, pero cuando digo nada, es nada. Tres horas de vuelo , 2200 kilómetros de casa, pinta bien ¿no? Primer inconveniente de no saber alemán, pues que te pierdes que te den de comer en el avión, porque no entiendes nada, es lo que pasa cuando vuelas con una compañía alemana y tiene azafatas alemanas.

La gente ya me había advertido sobre el tiempo , pero no creía que fuese tan brutal, señores, lo confirmo: Alemania está cubierta entera por una nube. Pero toda toda.

Aterrizamos, y allí estaba esperándome mi Study-Budy, que son personas que se ofrecen a ayudar a los estudiantes internacionales cuando llegan a la ciudad en cuestión. De esta gente ya os escribiré más detalladamente ya que la mayoría de ellos son seres despreciables que solo se mueven por el olor a mujer. Bueno, a lo que iba, que mi Salvador en ese momento apareció con un cartel con mi nombre, gran alivio cuando ves eso y no tienes ni idea de alemán. La cosa es que recojo la maleta y nos vamos para el tren. El tipo parece majo, no muy hablador, montamos en el tren y vamos a la ciudad. Dios santo esto es muy verde, pero mucho mucho. La primera sorpresa me la da al llegar, me voy a España de vacaciones, te las tienes que apañar solo estos días, jejeje, toda la gracia, pero como dicen aquí…Kain problem. Llegamos a la residencia y por ahora todo bien, he vivido en sitios más cochambrosos , pero bien. Lo que me llama la atención, es que hay gente con rasgos orientales por todos sitios. Bueno, mi habitación , está bien, no me disgusta con las cosas típicas que tiene una habitación, escritorio, armario, flexo, etc.. Y como estaba muy agradecido con este hombre y no quería perder el tiempo, pues nos fuimos a cenar. Me llevo a un italiano, que aquí son los más baratillos y a la hora de estar en Alemania ya me había bebido un litro de cerveza. Eso si que es empezar con buen pie. Terminamos de cenar y para “casa” mañana hay que estar a las 9 de la mañana en la universidad para empezar el curso de alemán.

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